
La comuna dio inicio a un nuevo ciclo de trabajo colaborativo bajo el programa A Convivir Se Aprende, con énfasis en el bienestar escolar, la gestión socioemocional y la continuidad de los acuerdos construidos en 2024.
Con una alta participación de equipos de convivencia escolar, se realizó la primera sesión del año de la Red Comunal de San Felipe, en el contexto del programa A Convivir Se Aprende. Esta iniciativa del Ministerio de Educación es implementada en la región por el Programa de Apoyo a la Convivencia Escolar (PACES) y el Centro de Educación Inclusiva de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
La jornada se centró en construir participativamente la planificación del trabajo 2025, a partir de los objetivos definidos durante el ciclo anterior. A través de un trabajo colaborativo, los equipos reorganizaron los objetivos, definieron indicadores concretos para su seguimiento y comenzaron a elaborar acciones específicas para su ejecución en los establecimientos participantes.
Florencia Almazán, coordinadora comunal de A Convivir Se Aprende en San Felipe y psicóloga educacional del Programa de Apoyo a la Convivencia Escolar de la Escuela de Psicología PUCV, destacó: “Esta sesión fue una oportunidad para retomar el sentido colectivo de la red y reforzar el trabajo colaborativo como una herramienta para transformar las prácticas educativas. Se evidenció una gran disposición por parte de las y los participantes para avanzar en acciones concretas que apunten al bienestar de las comunidades escolares”.
Durante la jornada también se revisaron los principales aprendizajes del año anterior, donde se analizaron dimensiones clave de la vida escolar, como culturas, políticas y prácticas, junto con el abordaje de la Política Nacional de Convivencia Educativa 2024-2030.


Uno de los momentos centrales fue la actividad “Manos a la obra”, en la que los grupos trabajaron sobre los objetivos previamente definidos por la red, construyendo indicadores e ideas de implementación concretas para cada uno. Este ejercicio permitió alinear las proyecciones comunales con las necesidades específicas de cada escuela, fortaleciendo así la sostenibilidad del proceso.
La sesión concluyó con un plenario participativo y la presentación de un instrumento de trabajo que será desarrollado en los próximos encuentros, con el objetivo de facilitar la bajada de los acuerdos y herramientas a cada comunidad educativa.