ESCUELAS DE SAN ANTONIO REALIZAN QUINTA RED DE CONVIVENCIA ESCOLAR CON EL PROGRAMA “A CONVIVIR SE APRENDE”

·      “A Convivir Se Aprende” busca fortalecer la convivencia escolar a través de encuentros de redes de convivencia, sesiones de formación y acompañamiento focalizado en escuelas de la comuna.

San Antonio, 14 de agosto de 2024. La Red Comunal de equipos de gestión y de convivencia escolar de San Antonio, compuesta por establecimientos educacionales públicos y subvencionados, llevó a cabo la quinta sesión de trabajo en el marco del programa A Convivir Se Aprende. El encuentro, que se realizó en el Instituto del Puerto, se centró en avanzar en la co-construcción de estrategias que fortalezcan la convivencia escolar de la comuna.

El objetivo del programa A Convivir Se Aprende es fortalecer a los equipos de gestión y de convivencia escolar, desarrollando sus competencias y habilidades para prevenir la violencia escolar, para promover el bienestar y mejorar la convivencia educativa. Se trabaja a nivel de sostenedores y comunidades educativas con un modelo de acompañamiento con enfoque territorial y de Escuela Total.

A Convivir Se Aprende ha estado en marcha durante dos años en San Antonio, y este es su último ciclo de implementación. El programa, que forma parte del eje de Convivencia y Salud Mental del Plan de Reactivación Educativa del Ministerio de Educación, es implementado por profesionales del Programa de Apoyo a la Convivencia Escolar de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

“Ya estamos avanzando hacia el término de este programa y estuvimos trabajando en torno a planificar acciones concretas que sean efectivas para los distintos establecimientos que participan dentro de la red. Este proceso ya es de dos años, desde el 2023 en torno a cómo vamos abordando la violencia escolar, la salud mental y otras temáticas que tienen que ver con convivencia educativa” María Constanza Loyola, Coordinadora comunal del programa A Convivir Se Aprende.

El quinto encuentro contó con la exposición de Fiorella Cabión, presidenta del Centro de Alumnos del Colegio Fénix y Samanta Navia, presidenta del Centro de Estudiantes del Instituto Comercial, que forman parte del Consejo Consultivo Comunal de Niños, Niñas, y Adolescentes de San Antonio, instancia, organizada por la Dirección de Administración de Educación Municipal (DAEM) y la Oficina de Protección de Derechos, que promueve la participación activa y significativa de los menores en su comunidad local. 

Para Natalia Bozo, encargada de Asuntos Estudiantiles del DAEM, la difusión de esta experiencia en la red evidencia cómo los estudiantes pueden conectarse con los diversos espacios que ofrece el ámbito educativo. “Y de qué manera hacemos que los estudiantes y las estudiantes vinculen sus ideas, sus acciones, sus proyectos con las mejoras de los procesos al interior de los colegios. La idea en el fondo es esa, cómo nosotros los adultos podemos tener la capacidad de abrir esas puertas para que los estudiantes sean ciudadanos activos, sean ciudadanos creativos y por qué no, generen ciertas políticas comunales, políticas territoriales, políticas de los colegios para mejorar los procesos que hoy día a veces se ven un poco estancados Queremos que la infancia tenga participación, que se vincule con los proyectos del mundo adulto y en conjunto podamos mejorar los distintos procesos”

“Hacemos un llamado a todos los equipos a gestionar la participación activa de los centros de estudiantes, permitiéndoles levantar necesidades y ajustando sus planes de gestión de la convivencia a esas necesidades. Porque la convivencia la hacemos todas y todos, pero tiene que ir en pos de lo que nuestros estudiantes necesitan”, explicó Christian Rojas, supervisor técnico pedagógico en la Departamento Provincial de Educación de San Antonio.

Además de la red de convivencia escolar, el programa da acompañamiento a establecimientos focalizados, donde se ofrece asesoría directa a escuelas específicas por parte de equipos universitarios; y también encuentros de formación regional para docentes, equipos de convivencia y profesionales de apoyo psicosocial, abordando temas como violencia escolar, aprendizaje socioemocional y salud mental escolar.

Los establecimientos focalizados en San Antonio incluyen el Colegio José Luis Norris, el Colegio Nuestra Señora de la Pompeya, el Colegio Presidente Pedro Aguirre Cerda, el Colegio Profesor Pedro Viveros y la Escuela Básica San José de Calasanz.

Equipo de “A Convivir Se Aprende” de Rapa Nui publica Columna de Opinión sobre “Convivencia e Interculturalidad en la Escuela”

Una de las comunas donde estamos implementando *A Convivir Se Aprende* es la Isla Rapa Nui. Durante dos años, Macarena Morales, coordinadora comunal, y Kon-Turi Atan, asesor del programa, han trabajado en esta labor.

Hoy, han publicado una columna de opinión en El Mercurio de Valparaíso, donde destacan la importancia de la interculturalidad en las escuelas. Reflexionan sobre cómo las experiencias interculturales, como las vividas en la comunidad rapanui, pueden enriquecer la convivencia escolar. Valorar y practicar principios ancestrales como el ‘ūmanga (apoyo mutuo) y el haka ara (relación con los ancestros, la tierra y el universo) no solo conecta a los estudiantes con su cultura, sino que fortalece el vínculo entre la escuela y la comunidad.

El programa A Convivir Se Aprende ha estado trabajando durante los años 2023 y 2024 en la Isla Rapa Nui, centrando sus esfuerzos en cuatro escuelas focalizadas que varían entre educación básica y técnico-profesional, con un enfoque intercultural. Este trabajo ha sido posible gracias a un equipo interdisciplinario, compuesto por Macarena Morales, Kon-Turi Atan, Camila Montenegro, Valeria Roco, Benjamín Abufom y Sebastián Figueroa. 


Convivencia e Interculturalidad en la Escuela

Macarena Morales: Coordinadora Programa “A Convivir se Aprende” Rapa Nui, Centro EduInclusiva PUCV
Kon-Turi Atan: Asesor Programa “A Convivir se Aprende” , profesor Colegio Hermano Eugenio Eyraud, Rapa Nui

La convivencia escolar, como todo fenómeno social, puede comprenderse mejor al conocer su trayectoria histórica. La historia de la escolarización en Rapa Nui registra antiguas huellas de violencia desde la institución escolar hacia la comunidad y su cultura.

Investigaciones como las de Corvalán y Atan (2021) han mostrado que en las décadas de 1940 y 1950 la aplicación de castigos físicos a los estudiantes y también a sus madres eran frecuentes por parte de los educadores y autoridades chilenas, como una manera de desincentivar conductas consideradas como indisciplinadas. En la década siguiente, los gritos y descalificaciones se mantuvieron, incluso a través de cánticos que estigmatizaban a estudiantes rapanui. Los ecos de esas prácticas aún persisten en los relatos intergeneracionales y en los recuerdos por experiencia directa de abuelos, así como también de padres y madres que actualmente son parte de las comunidades escolares de la isla, en roles de apoderados y/o de educadores. Desde esas memorias de la historia de la escuela en Rapa Nui cabe preguntarse ¿cómo se resignifica la escuela en la actualidad entre las familias y la comunidad? ¿cómo construir la comunidad y la convivencia escolar?

La historia reciente de las escuelas en Rapa Nui evidencia un mayor diálogo e inclusión, marcando senderos para avanzar en este sentido. Los proyectos de educación intercultural bilingüe han permitido que la comunidad rapanui y las escuelas colaboren en la conservación de la lengua, la historia, el ecosistema, los deportes, las danzas y músicas ancestrales. Las escuelas se han constituido como importantes sedes para compartir en torno a estos saberes, reuniendo a alumnos, educadores, familias y cultores tradicionales. La motivación de los estudiantes en estas materias es notable, en tanto esos conocimientos no sólo rescatan el pasado del pueblo rapanui, sino también los conecta con su presente y con su futuro, al permitirles acceder a saberes claves para involucrarse en la importante actividad turística patrimonial que tiene la isla y en la necesaria sostenibilidad ecológica del territorio.

El área de la convivencia escolar también puede enriquecerse de este tipo de experiencias interculturales, como se ha observado especialmente en otros territorios de la polinesia (Zhang, 2018; Berryman y Bateman, 2008; Macfarlane et al., 2007). Promover la práctica de valores ancestrales, como son ‘ūmanga (apoyo mutuo, colaboración), haka ara (relación con los ancestros, la tierra y el universo), mo’a (respeto al ser) corresponden a ejes claves del aprender a convivir. Además, el uso de la lengua ancestral en la resolución de conflictos en la escuela puede generar mayor cercanía, compromiso e inclusión entre la escuela, la familia y la comunidad.

En la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas y el próximo I° Seminario sobre Escuela y Educación de Rapa Nui, así como también de «A Convivir Se Aprende» del Mineduc, implementado en la isla por el Programa de Apoyo a la Convivencia Escolar de la PUCV, destacamos los esfuerzos por promover, conocer y fortalecer la interculturalidad en los procesos educativos. Al integrar estos valores en las metodologías de aprendizaje, la gestión escolar y las actitudes de sus miembros, se aspira a una convivencia participativa, justa y significativa.

Orientaciones de la Superintendencia de Educación sobre la aplicación de la Ley 21.643, conocida como Ley Karin

Estimadas comunidades educativas:

Desde el programa A Convivir se Aprende, queremos apoyar en la difusión de las orientaciones de la Superintendencia de Educación sobre la aplicación de la Ley 21.643, conocida como Ley Karin. Desde la coordinación del programa, consideramos que la actualización de nuestros reglamentos, así como la discusión a fondo de esta ley, es fundamental para promover la justicia, la democracia y la inclusión en nuestras comunidades educativas